El otro día escuche a alguien decir que las mujeres nos obsesionamos con hombres cuyas relaciones no están cerradas del todo. De pronto entendí que lo que pasaba por mi cabeza todo el tiempo y lo que habitaba en mis sueños recurrentes era la sensación de notar que en “esa” relación ninguno de los dos había puesto un punto final. Por lo menos no uno claro.
Pese a haber ido y venido mil veces, habernos buscado mil veces más y habernos hartado en alrededor de un millón de momentos solo parecimos ser merecedores de la esfumación y los puntos suspensivos y nada más que eso.
Nos convertimos en fantasmas en la vida del otro, en seres que somos lejos de todos, que sostenemos en el tiempo algo que jamás desciframos.
Creo que es un buen momento de encontrarnos, tomar un café a la luz del día y dar paso a un punto final que ayude a dar vuelta la página para quien sabe, encontrarnos de nuevo en otro lugar o dejarnos al fin para siempre.
Punto final.
Y anda cerra el tema de una vez.cuanto más pasa el tiempo,más se complica la cosa para vos.
ResponderEliminarY si,así es. En eso estoy. Gracias por tu comentario!
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