4 dic 2011

Tiempo de jazmines

Mi casa está repleta de jazmines. El aroma invade mi memoria y trae hacia mi imágenes compaginadas que solo editan las mejores anécdotas. Es diciembre, y siempre, ya es un clásico en mí, los jazmines y vos vuelven cual golondrinas a quedarse al menos un rato en mi mundo cotidiano. Las cosas siguen moviéndose, los años empiezan a marcar más el rumbo, las heridas se vuelven más selectas, las cosas se vuelven más simples, la experiencia se vuelve gloria. Hay jazmines y una vez más hacen magia…

5 nov 2011

Una cortita!

Es genial que después de desear tanto unos zapatos (que cada vez que iba a buscarlos no estaban ni en vidiera) verlos de casualidad, intentar señarlos y al sacar la plata de la cartera descurbir que tu novio se olvidó la tarjeta de crédito y el dni JUSTO AHI! = "Amoooooor, viste esos zapatos que me re gustaban! Me los acabas de regalar!"

20 ago 2011

Una ventana y una café

Un café, una pausa entre clase y clase, entre materia y materia. Por primera vez después de tantos años es en taza y no en vasito para llevar. Tarde de invierno, de un agosto frío y gris que tira para abajo, que incita a que las buenas ondas salgan a combate.
En medio del tiempo acelerado de mis compañeros, estoy yo, sentada en una mesa al fondo del bar pegadita a una ventana con vista a un paisaje más que interesante. ¿Será que al mirar por el vidrio y ver el alto pasto que rodea este gran edificio deseo que todos seamos transportados a ese intenso verde? Si, siento la necesidad de que a este agosto le lleguen los colores y que a mis compañeros que pasan sin ver, paren y sientan un poco más.
Es agosto, y si todo sale bien, es mi último agosto en este lugar. ¿Será por eso que al fin puedo disfrutar un poco más de una ventana y un café...?

26 jul 2011

Encuentro de ajedréz.

Hablé con el y al fin sentí que la movida del peón fue la correcta. Siempre viene bien, después de un largo rato, poner ciertas cosas en claro y retirarse del tablero con las fichas en orden.
La próxima jugada ya está pactada, será allí donde demostraremos cuanto aprendimos de este juego eterno.

15 jul 2011

Relaciones sin "punto final"

El otro día escuche a alguien decir que las mujeres nos obsesionamos con hombres cuyas relaciones no están cerradas del todo. De pronto entendí que lo que pasaba por mi cabeza todo el tiempo y lo que habitaba en mis sueños recurrentes era la sensación de notar que en “esa” relación ninguno de los dos había puesto un punto final. Por lo menos no uno claro.
Pese a haber ido y venido mil veces, habernos buscado mil veces más y habernos hartado en alrededor de un millón de momentos solo parecimos ser merecedores de la esfumación y los puntos suspensivos y nada más que eso.
Nos convertimos en fantasmas en la vida del otro, en seres que somos lejos de todos, que sostenemos en el tiempo algo que jamás desciframos.
Creo que es un buen momento de encontrarnos, tomar un café a la luz del día y dar paso a un punto final que ayude a dar vuelta la página para quien sabe, encontrarnos de nuevo en otro lugar o dejarnos al fin para siempre.
Punto final.

5 jul 2011

Miedo.

Miedo. Freud ya hablaba de eso y de cómo la cultura se esfuerza cada día por combatirlo. O disfrazarlo. Nos planteaba la idea de una ilusión, la ilusión que nos lleva a creer que algo mejor puede pasarnos si hacemos todo lo que la cultura nos marca, si cumplimos con lo que dicen los de más arriba, si seguimos el mismo camino que nos enseñan cuando somos chicos, nuestra familia, la escuela, entre otras instituciones.
De miedo hablaba Freud, de eso que da miedo hablar y no se habla. De eso que es mejor hacer de cuenta que no está, que no existe, para hacer más fácil todo, para no pensar ni agotarnos tanto.
A mí me gusta hablar del miedo. Me gusta exteriorizar eso que otros callan, me gusta sentir que la cultura y yo tenemos como una especie de batalla eterna.
Tengo miedo de no arriesgar, de no jugar, de no seguir pálpitos, de no hallarme nunca más, de cambiar hábitos, de ceder, de no entender, de no tener control, de no preguntar, de no cuestionarme, de no pensar ni repensar, de no ir más allá, de jugar un papel que no sea el mío, de no poder cargar mi propia bandera, de volar lejos de mis pensamientos, de hacer lo que otros creen que es correcto, de perderme en la mirada del otro, de que mis contradicciones crónicas se vuelvan severas para mi salud mental, de caer en lo tradicional, en lo protocolar, en el ser para el otro y dejar de ser para mí misma.
Tengo miedo que me gane la cultura esta que es una de las más difíciles peleas.

19 jun 2011

A mi padre, en su día.

Con aciertos y desaciertos. Con mil equivocaciones. Con llantos y gritos y ganas de irme lejos muchas veces. Con nuestras peleas eternas. Con cara de no entenderte, con los oidos hartos de escuchar esas cosas que en mi infancia llamé “sermones”. Con mil citas de tu autoría. Con tus palabras en mi cabeza aconsejándome mil veces. Con mis ganas de entenderte y aprenderte. Con la mutua timidez de hacerle saber al otro cuanto lo queríamos. Con los recuerdos de esos que fueron importantes momentos. Con esto y con más ocupaste el lugar papá en cada instante. Y vos, que muchas veces te sentiste ajeno a ese mundo, a ese rol, lograste ganarle a aquél fantasma, en algo que ni siquiera llegó a ser una batalla jamás.